Seguro que has escuchado la frase: “Nueva York, la ciudad que nunca duerme” y esto es totalmente cierto. Así que no es necesario que te limites para programar tu itinerario.
Si te apetece y tu presupuesto lo permite, hasta podrías programar visitas diurnas y nocturnas a varios de estos sitios. Así observarás las espectaculares vistas de Nueva York con una iluminación diferente.
La ciudad te ofrece imponentes vistas de los rascacielos, los puentes, una emocionante vida nocturna y mucho más. Solo recuerda llevar ropa cómoda, tener a la mano tu teléfono inteligente o cámara fotográfica y lanzarte a la aventura citadina.
Dumbo, la vista bajo el puente
Dumbo (Down Under the Manhattan Bridge Overpass) inicialmente era un barrio donde hacían vida fábricas y comercios. Sin embargo, gracias al crecimiento de Manhattan, se convirtió en una zona residencial para centenares de personas.
Ubicado entre el puente de Brooklyn y el de Manhattan, el barrio de Dumbo ofrece una de las vistas más icónicas de Nueva York. En la calle Water St. con Washington St. podrás enfocar tu cámara hacia el puente Manhattan, mientras que al fondo se aprecia el Empire State Building.
Por lo general, este es un lugar muy concurrido, sobre todo durante los fines de semana. Toma esto en cuenta para programar tu visita y poder disfrutar cómodamente.
Desde allí te será fácil caminar hasta Pebble Beach y pasar un rato contemplando la ciudad con los puentes como marco. Este sitio es tan hermoso que muchas personas lo eligen para sus fotos de boda. ¡No te lo pierdas!
La belleza del horizonte desde Long Island City
Quizás estás pensando que Long Island y Long Island City son el mismo sitio, pero no debes confundirlos. Long Island City está ubicada en Queens y brinda a sus visitantes unas vistas de Nueva York que vale la pena que disfrutes.
Desde hace varias décadas el cartel de Pepsi-Cola es un referente para que los turistas se acerquen a tomar fotos y videos. Es un sitio ideal para visitar de noche, puesto que se ilumina teniendo como fondo algunos edificios impresionantes.
Por otro lado, ver el horizonte desde Long Island City es todo un espectáculo, acércate al Gentry Plaza State Park y podrás tener una vista de todo Manhattan. El atardecer desde este parque es especialmente atractivo, tanto que constantemente es el escenario de sesiones fotográficas. ¡Déjate deslumbrar por la belleza de estas vistas!
Staten Island Ferry, las vistas desde el río
¿Pasear y disfrutar de hermosas vistas de la ciudad, gratis? ¡Es posible! El Staten Island Ferry ha estado prestando servicio por décadas. Opera todos los días y es usado por más de 70.000 personas cada jornada.
Si tomas el ferry, podrás ver el barrio de Dumbo, el puente Brooklyn, los rascacielos de Manhattan y algunas vistas de Nueva Jersey que no tienen desperdicio. Además, pasarás muy cerca de la Estatua de la Libertad, el símbolo de Norteamérica y sus ideales.
Así que, si tu presupuesto es limitado, esta es una buena idea que puedes tomar en cuenta. Además, como funciona todo el día, podrás tener vistas de Nueva York y su incansable vida nocturna.
Una vista de película, Sutton Place
En 1979, el director Woody Allen estrenó su película Manhattan. Junto a la actriz Diane Keaton, posó en un banco de un parque con la ciudad como fondo.
Desde ese momento, miles de personas han querido recrear la célebre escena del puente Queensboro e inmortalizar el momento con una foto. No te resistas y visita Sutton Place Park, para disfrutar de un atardecer con una vista cinematográfica del puente de la calle 59, como también es conocido.
Aunque el parque es sencillo, la vista desde él es espectacular y podrás pasear con tranquilidad por este lugar, mientras a lo lejos la ciudad sigue brillando.
Además de estos sitios que hemos mencionado hasta ahora, toma en cuenta que en Nueva York abundan los miradores para ver la ciudad desde las alturas. Algunos son gratuitos y en otros tendrás que pagar una tarifa para tener acceso.
Las mejores vistas de Nueva York están a tu alcance, solo necesitas programar tu itinerario de viaje con tiempo y tener la disposición de aprovechar cada segundo que pases en la ciudad que nunca duerme.